«Pura apareció en la puerta del solitario cortijo, puso la mano derecha como toldo a los ojos y tendió la vista a lo largo del camino, que se extendía zigzagueando entre los declives de las montañas».
La protagonista de PUÑAL DE CLAVELES es pedida en matrimonio por el contrabandista y dueño del cortijo de los Tollos, Antonio el Peneque, algo que ella acepta «sin alegría y sin repugnancia».
PUÑAL DE CLAVELES fue fruto del compromiso de Carmen de Burgos «Colombine» como activista pionera en defensa de los derechos de la mujer y probablemente es una obra imprescindible para comprender su extensa trayectoria literaria, por su trascendencia social, por ser una de sus últimas creaciones y porque Federico García Lorca se basó, en parte, en ella para escribir uno de los textos cumbre del teatro contemporáneo, Bodas de sangre, lo que la convierte en un relato esencial. La autora se inspiró en el llamado crimen del Cortijo del Fraile –que tuvo lugar en 1928 y que, como recogió la prensa de la época, fue un suceso con repercusión en todo el país– para escribir una novela amena, liberadora y apasionante.