Bodas de sangre de Federico García Lorca es una des las obras maestras de la poesía y dramaturgia en español. Es una tragedia escrita en verso y en prosa y publicada en 1931. La obra de teatro se estrenó en el 8 de marzo de 1933 en el Teatro Beatriz de Madrid por la Compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado y fue llevada al cine por Edmundo Guibourg en 1938, protagonizada por la musa lorquiana Margarita Xirgu,1 que la estrenó en Barcelona y posterior a la versión en teatro de su rival Lola Membrives. Es una producción poética y teatral que se centra en el análisis de un sentimiento trágico. Desde lo antiguo y lo moderno, en la manera de ver la tragedia. Todo ello enmarcado en un paisaje andaluz trágico y universal. El tema principal tratado en este gran drama es la vida y la muerte. Pero de un modo arcano y ancestral, en la que figuran mitos, leyenda y paisajes que introducen al lector en un mundo de sombrías pasiones que derivan en los celos, la persecución y en el trágico final: la muerte. El amor se destaca como la única fuerza que puede vencerla. La obra recoge unas costumbres de la tierra del autor, que aún perduran. Todo ello a partir de objetos simbólicos que anuncian la tragedia. Es constante en la obra de Lorca la obsesión por el puñal, el cuchillo y la navaja, que en Bodas de sangre atraen la fascinación y, a la vez, presagian la muerte. Los acontecimientos trágicos y reales en los que podría basarse la obra de Lorca se produjeron el 22 de julio de 1928 en el Cortijo del Fraile, Níjar, Almería. Lorca los conoció por la prensa, si bien la escritora y activista almeriense Carmen de Burgos, originaria de Níjar, ya había escrito una novela corta sobre el suceso anterior a Bodas de sangre, llamada Puñal de claveles, que fue también inspiración para el autor granadino. Y reconocemos que en ella vemos a la novia y el novio y es algo maravilloso.