Una de las comunidades que más prestigio ha dado a las letras españolas ha sido Andalucía .Ello se deduce a partir de la lengua latina con la que ya se hacen sentir en Roma sabios y poetas oriundos de la Bética. Son los casos de Séneca, uno de los grandes pensadores del estoicismo, y del poeta Lucano, ambos nacidos en Córdoba.
En el tránsito a la Edad Media sobresale la figura de San Isidoro de Sevilla, Su libro Etimologías fue un texto pedagógico hasta bien entrado el siglo XVIII.
En territorio andalusí nace también una de las manifestaciones poéticas en lengua romance más antiguas de la Península Ibérica, las llamadas jarchas.
La cultura escrita se acelera en los siglos XV y XVI, con el final de la conquista cristiana y el impulso de la imprenta. El sevillano Antonio de Nebrija elabora la primera gramática de la lengua castellana. Surgen poetas de expresión renacentista -Juan de Mena, Fernando de Herrera- y también narradores como Mateo Alemán y Vicente Espinel, que inauguran un género de gran arraigo en las letras españolas: la novela picaresca.
En el XVI y XVII se encuentra el mejor exponente literario en el poeta cordobés Luis de Góngora.
Gustavo Adolfo Bécquer, poeta sevillano, será la figura central del siglo XIX y del romanticismo español.
El siglo XX ofrece una larga nómina de intelectuales. Juan Ramón Jiménez, los hermanos Manuel y Antonio Machado, la Generación del 27, a la que Andalucía aportará sus principales poetas: García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre, entre tantos otros.